lunes, 30 de junio de 2014

Un mundial para el desierto Argentino

Ya pasó la primera ronda del mundial. No fue nada fácil. En realidad, a ningún equipo le resulta fácil ningún partido. Este es un mundial sin goleadas de 8 a 0, pero, en su lugar, hay un promedio de gol que no se veía (y se gritaba) desde Suecia 1958. Es, hasta ahora, el mejor mundial que he visto en mi vida, muy parejo y muy emocionante.

La primera fase


La primera ronda nos arrojó buenos partidos y algunas sorpresas. Una pesada España chocaba contra dos animales como Robben y Van Persie: casillas se comía cinco goles holandeses y terminaba totalmente enredado en el suelo. Costa Rica, con ganas y mucho fútbol, le pegaba un buen peludo a Uruguay; luego repetiría con Italia en un 1-0 histórico, y alcanzaba la clasificación.
Brasil sufría ante los croatas, pero triunfaba. Sufría ante los Mexicanos, pero empataba. Camerún no oponía resistencia; Brasil ganaba el grupo, casi sin jugar a lo brazuca. Alemania pasaba por arriba al Portugal de Cristiano, aunque después sufriría contra el equipo Ghanés, empatando en 2. Chile le ganaría 2- 0 a España y la eliminaría del mundial: en la península todos los medios hacían leña del árbol caído, o Del bosque caído, el entrenador de la ex furia roja, o de sus jugadores mas veteranos. Los colombianos atravesarían la fase de galera y bastón: Juego asociado, jugadores con técnica, gol. Por su parte, Suarez renacería de entre los lesionados para otorgarle la victoria por 2-1 a Uruguay frente a Inglaterra. Luego volvería a aparecer, de una manera menos brillante en la clasificación Uruguaya, frente al conjunto Italiano. Los Norteamericanos, por su parte, le ganaron a los Ghaneses y casi casi a los portugueses: Por primera vez en su historia jugarán Octavos de Final. De igual modo los griegos: defensivos y amarretes en los primeros dos partidos, demostraron algo de fútbol en el ultimo cotejo del grupo, frente a los marfileños, y, penal en el ultimo minuto mediante, alcanzaron la clasificación. En la primera ronda se quedarían el tiki taka español, el amarillento titulo de campeón mundial de los ingleses, el jogo bonito italiano (que duro un solo partido, justamente contra los ingleses), y el peinado de Cristiano Ronaldo (porque su fútbol brilló por su ausencia).


Argentina y su modorra


El desempeño de la Argentina fue irregular, como su geografía. Triunfó de manera algo ajustada contra Bosnia, luego de modificar el planteo con cinco defensores que utilizó Sabella en el once inicial. Como pibe de 16 años que va a lo de su novia cuando los suegros no están, el técnico de la selección intentó tirarse el lance con su esquema: si pasaba, pasaba... Tuvo que recular: el equipo le sacó las manos, se acomodó un poco la blusa y le pidió ir mas despacio, “pero con tres delanteros".
El partido contra Irán significo la vuelta de los 4 fantásticos a la alineación inicial. Sin embargo, se produjo un efecto curioso: Cataratas de simpatizantes de la selección inundaron las salas de urgencias de los principales centros oftalmológicos; ver jugar así a la selección -decían- haría estallar sus corneas. El golazo de Lionel Messi, en tiempo de descuento, con los 11 jugadores iranies metidos en su propia área, fue lo que nos salvó del papelón (y de las cirugías con láser).
En la tercer fecha, una complicada Nigeria nos propuso un duro partido; los goles de Messi, la rodilla de Marcos Rojo y el torso desnudo de Ezequiel Lavezzi, hicieron el resto. La selección mostró una mejor versión, aunque las espaldas de Zabaleta siguieron siendo tierra de nadie: Los nigerianos se aventuraban sin casco, patente ni seguro y contrabandeaban pases filtrados en el uno contra uno, frente a la incrédula mirada de nuestros defensores.

Los octavos


En las llaves de octavos se terminó dando la “lógica”, es decir, triunfando los conjuntos a priori favoritos. Colombia, derrotó sin despeinarse al conjunto Uruguayo, diezmado luego de perder a su mejor jugador, Luis Suarez, luego del escándalo de Mordidagate. Sin embargo no todas las noticias son malas para el goleador Uruguayo: aunque posiblemente se frustre su pase al Real Madrid, los directivos de Colgate le ofrecerían transformase en la nueva cara de la marca, amén de sus dientes fuertes y saludables.
El resto de los equipos, sin excepción, sufrieron horrores para poder clasificar: Brasil solo logro pasar por penales ante un cada vez mas digno y complicado equipo chileno. Los Mexicanos fueron afanados a mano armada, con un penal que vieron solo Robben y el arbitro... estuvieron a solo 5 minutos de lograr la hazaña ante Holanda. Costa Rica resistió con un hombre menos el alargue y pasó por penales ante Grecia, para continuar haciendo historia; Francia transpiró bastante frente a Nigeria y Alemania tardó mas de 90 minutos en vulnerar el arco Argelino.
Por su parte, a la Argentina, le toca Suiza, la tierra del chocolate, la neutralidad, la relojería y el secreto bancario. El cuadro que quedó dibujado ante una posible victoria frente a los suizos es prometedor: Bélgica o Estados Unidos en Cuartos y recién en semis un peso pesado como Holanda.
Va a ser complicado; esperemos no pifiar el CBU, ni que el cajero nos retenga la banelco.

Actualización Post partido con Suiza:


¡Hace 25 años que no se sufría así un partido! Y hacia igual cantidad de tiempo que no se gritaba un gol con tantas ganas. Di Maria fue el alma de un equipo que quería y no podía, frente a una dura defensa Suiza. La selección jugo sus mejores minutos en el mundial, pero no tuvo la chispa como para abrir el marcador en los 90 reglamentarios. En el alargue sufrió y parecía que se perdía, hasta que en el segundo tiempo del suplementario una recuperación de Palacio, una corrida de Messi, y un remate de primera de Di Maria hicieron estallar la locura de millones de Argentinos que mirábamos impacientes, mordiéndonos los codos y maldiciendo a Dios y al Papa por un triunfo que se tornaba esquivo. Y luego del gol, y del festejo, tres minutos eternos, en los cuales, los mismos argentinos, haciendo cuernitos, promesas imposibles, hechizos de amor de toda cepa y cábalas varias, que harían sonrojar al mismísimo Bilardo, no pudimos evitar que el corazón se nos detenga durante un segundo terrorífico, mientras veíamos por tv la pelota que impactaba en el palo y en un suizo, para luego perderse por la linea de meta. El partido terminó, luego de un tiro libre en la barrera, y allí volvimos a festejar que, gracias al Papa, que es argentino, y a Dios, que también es argentino, estamos en cuartos de final. Y estos raptos teístas se justifican, porque esta vez ganamos gracias a un Ángel... Pero como no puedo con mi genio, le mando a la entrada un final mas materialista: Ganamos gracias a un fideo, que como sus homónimos de harina, bien han bancado los trapos de tantos en esos fines de mes, mucho mas duros que un octavos y mucho menos lindos que un mundial...

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