Hace un tiempo acepté a un
pibe en Facebook. El muchachito me mando una solicitud de amistad, y
yo la acepté, pensando que era un primito segundo o algún pariente
de esos que no conocés mucho, y que te da un poquito de vergüenza
preguntarle quien es. La cuestión es que, pasado el tiempo me di
cuenta que efectivamente no lo conocía, y aún hoy sigo sin saber quien cuernos es, ni como
y en qué circunstancias me mando una solicitud de amistad a mi
perfil.
Pensé en eliminarlo; no soy de tener
desconocidos entre mis contactos, y me manejo con la regla Si lo
saludás en la calle, lo podés tener en facebook, salvo algunas
excepciones que como todo mortal, tengo.
Decía, pensé en eliminarlo. Sus publicaciones me aparecían en las noticias y la verdad no me aportaban demasiado, por lo menos al principio.
Decía, pensé en eliminarlo. Sus publicaciones me aparecían en las noticias y la verdad no me aportaban demasiado, por lo menos al principio.
Luego pasé a considerar la existencia
de este contacto de otra manera: como ventana a un mundo dejado
completamente atrás y lejano, y además, diferente a como yo lo
conocía. Era una ventana a los 13 o 14 años de la actualidad, con
todas sus cuestiones, tonterías y bemoles. Se tornaba entonces, casi
una cuestión antropológica, como tener a un contacto con tu mismo
nombre o a un tipo de otro país que te cruzaste solo 2 veces en toda
tu vida.
Hace unos meses comenzaron a irrumpir
en las publicaciones de mi contacto una chica de su misma edad. Al
principio eran chistes, y pequeñas demostraciones de cariño, primero medio en joda y después con un poquito mas de seriedad. Con
el tiempo empezó a caer de maduro que estos chicos se habían puesto
de novios, y comenzaron a aparecer fotos juntos, corazones, frases
diciendo que se querían, y dedicatorias de de amor de diverso tipo. Hace
poquito cumplieron 6 meses.
¡Y son chiquitos!, pensé. ¿Que
sabrán ellos de querer, de estar meses juntos, del amor, de la
vida???. Lo pensé nuevamente, recordé mi pasado, cuando era mas
chico, mas ingenuo que ahora y también mas simple, y ensayé una respuesta:
Quizá no saben mucho de la vida, pero el amor lo sienten seguro. Y
el amor es una cosa seria, no es cualquier cosa. Cuando tenés 14 y
cuando tenés 44. Sufrís y disfrutas. Querés y soñás. Compartis
cosas. Que se yo, vivís el amor, de distinta manera, pero lo vivís. Y
no como algo menor, sino como algo que es muy importante y determinante en nuestra vida.
Entonces recordé algo que vengo
pensando desde hace un tiempo, luego de ensayar uno de esos “repasos
historiográficos” de la propia vida. El amor, cuando uno es
chiquito e ingenuo, se vive de una manera tan pura, tan blanca, que
si pudiéramos sintetizarlo y extraerlo, y ponerlo en un aerosol (sin
clorofluocarbonados, para no dañar la capa de ozono, obvio), cada momento que lo utilizáramos, haría
del mundo un lugar mucho mas lindo de lo que en realidad es. Es un
amor blanco, porque no está empiojado de otras cuestiones, es amor a
secas. No estás preocupado por tener relaciones sexuales como el
conejo de duracell (al menos al principio, aunque claro está, los
chicos cada vez están mas precoces en ese sentido), no estás
preocupado porque si ella o él tiene mejor o peor pasar económico, o
por si tus hijos o tus viejos o quien mierda sea lo acepten y
te hagan mas o menos quilombo en la relación. No estás
preocupado por si es un profesional con una carrera, viaja a Europa
todos los años o tiene como mínimo un Vento negro con los vidrios
polarizados. Es un amor blanco, porque es pelado; es amor y nada más, simpleza pura. Por eso considero que es el amor mas bello, porque
funciona casi en abstracto, porque no espera nada, porque simplemente
es.
Después, claro está, la cosa se
empieza a deformar. Y cuando esto pasa ya no somos tan inocentes, ni ingenuos. Y talvez, tampoco somos tan felices y sinceros. Mientras
tanto, mi contacto y su noviecita suben una foto juntos. Y me da un
poquito de envidia, saber que nunca mas voy a poder querer de esa
manera. Ni tener 14 años.
Que lindo jero!! Coincido en lo qhe decis. Supongo que eso tiene que ver con la mierda de Madurar?? Jajaja
ResponderEliminarSeguramente Nadia, seguramente tiene que ver con eso tan feo llamado madurar. Otro tema (a lo santo Biasatti): el otro dia pensé en vos cuando retocaba el escrito. ¿Y si lo mas parecido a este amor blanco que describo es el amor por los hijos?, me pregunté. Yo no puedo saberlo, pero intento imaginármelo. Vos creo que ya lo sabés. Te mando un abrazo enorme, y gracias por leerme, Prima.
EliminarJajajajaja!!! Muy Cierto Jero! Principalmente eso de no volver a tener 14 años... Pero te confieso una cosa??? Me parece que hoy el amor a los 14 años no es lo mismo que el amor a los 14 años en el siglo XX... Lo que yo veo en la escuela con mis queridos compañeritos es que son mucho más liberales que cualquier mediático visitador de los programas de Jorge Rial... obvio, no todos, pero una considerable cantidad que ya andan noviando tienen esos amores de meses... faaaaaaaaa! meses dicen... y sin tanto lío cambian de querencia como de chicle...
ResponderEliminarLo que me parece compañero Jerónimo es que ud ha escrito sobre algo aún más lejano que la quincena de años que lo separa de los 14 abriles... Lo que ud ha escrito es una Oda al amor juvenil de una generación... la nuestra, quizas la de los que comparten con nosotros la adolescencia entre los 80 y los 90... Pasado lejano para estos tiempos tan veloces, de cambios tan freneticos... faaaa! ya estoy hablando como un viejo de 80 y recién tengo 12... jejeje
Querido Corresponsal de Moreno: Su inclusión de la dimensión histórica del problema, hace tomar vuelo a todo el análisis; yo no podría haberlo hecho con tanta maestría. Es cierto, que hoy por hoy la inocencia dura 3 minutos, pero cuando aparece se parece un poquito a lo que describo. Usted tiene razón: mas que hablar de los chicos, quizá uno está hablando de uno, reflejándose en ellos. Un gusto fue leer su comentario, sepa que su opinión me interesa mucho, usted es uno de mis "lectores cualitativos". Seguiré esperando su presencia por estos lares. Un abrazo grande!
EliminarTe dejo algo que escribí hace muchos años, ya que considero que el amor es un invento, sin que esto conlleve una apreciación negativa, simplemente que como invento cada cual puede darle la interpretación que le convenga mejor, no?
ResponderEliminarhttp://elianapsi.blogspot.com.ar/2006/01/el-amor-es-un-invento.html
Comparto Eliana lo que dice, en el sentido del amor como "construcción cultural"(en el sentido amplio, de construcción humana). Está claro que el amor no representa para todos lo mismo, ni siempre significó lo mismo. El "amor romántico" de las novelas, y en cierto sentido el amor blanco que acá señalo es una construcción histórica, construida por las personas y situada en un momento determinado, el siglo XX y con mas precisión, su segunda mitad.
EliminarAmén. También coincido en que con los años se pierde la ingenuidad y la inocencia. Lo que no creo que se pierda es la felicidad. Simplemente cambia la manera de ser feliz, no sería lógico pensar que un helado me siga haciendo tan feliz a los 10 años como a los 30... aunque ahora que lo pienso... capaz que si!!! Pero creo que la sinceridad, sobre todo en una relación, no se pierde, se es o no se es sincero, a los 5, a los 15 o a las 50 años (está en la base y en la formación de cada uno). Cuando un hijo le dice a su mamá "te odio", porque lo mandó a dormir sin postre, sin dudas repetirá este acto con su pareja cuando ella no lo deje ver un partido de fútbol, simplemente creo que cambiará la forma de decirlo (aunque seguramente no en todos los casos). Y probablemente en la medida que seamos sinceros con nosotros mismos, seremos sinceros con los demás. Bah, me parece... Y si de querer se trata, se quiere de una sola manera (sino, no se quiere), no hay medias tintas para eso, las medias tintas son para los ingleses, los italianos y los españoles que se volvieron a su casa! jajaja *mezclaba todos los temas*
EliminarHola Jero!!!!
ResponderEliminarEs muy linda la historia. Con un mérito adicional: hablás de un tema muy interesante que no suele tener espacio: el amor en el tiempo.
Comparto algunas breves cositas que se me ocurren.
El amor en la madurez es más arduo o más "especulador" que los primeros amores. Pero quizá propone también desafíos interesantes. Un ejemplo: cuando dos adultos comienzan una relación "llegan" con una personalidad, unas costumbres, unas "manías" también, más arraigadas o menos flexibles. ¿Cómo formar algo nuevo y compartido (pienso en la convivencia) con mochilas tan cargadas?.
Mi experiencia sólo indica un camino con numerosos baches, salpicado de tropiezos. Pero esos tropiezos pueden ser una buena ocasión para desandar algunos tramos, para el diálogo y los nuevos acuerdos. Doy un pasito más: el amor, en ocasión de convivencia, demanda también reflexión y aprendizages; y el ejercicio, en lo posible asiduo, de mirar el mundo con los ojos del otro...
Por ahí, con algo de suerte, la mochila contiene también alguna experiencia valiosa...
El otro tema, no exclusivo pero sí más característico de los amores adultos, es el que asomás por allí: la experiencia como padres.
Jero, avanti con el blog, que, además de divertido, abre la puerta para salir a pensar. Abrazo!!!
Facundo.
Y si... no es lo mismo el amor a los 14 que a los 44. Todo cambia... muy lindo Gero.... Aldy
ResponderEliminarMuy cierto!, cuando uno ve en la clase a cuasiadolescentes super enganchados y enamorados, a mi me espanta!, desde mis 30 y pico!, porque ya me olvidé como era eso! jajajaja. Gracias por recordarlo!
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